Más que del “qué” se trata del “cómo” lideramos nuestros equipos y nuestras aulas. A estas alturas de nuestra experiencia profesional, da igual el nivel de responsabilidad, es inconcebible no estar familiarizados con “objetivos, plan de acción, seguimiento, valoración”. Son esquinas que demarcan y limitan de imprevistos nuestro tiempo y nuestra atención, haciendo que sea más eficiente nuestra línea de trabajo. Tanto si somos profesor, como si además lideramos cualquier otro proyecto adicional, departamento ajeno a la docencia o hablamos de otro nivel de responsabilidad, lo que marca la diferencia y hace que sea extraordinaria nuestra labor es el “HOW” y no tanto “WHAT”.
Asistimos al diseño de un nuevo mapa de marco laboral, donde el 35% de las destrezas que hoy son necesarias, volverán a cambiar en los próximos cinco años, como ya se publicó en World Economic Forum en 2015 ; reconocemos con actitud flexible un nuevo mercado laboral donde los equipos de personas trabajan vinculadas a plataformas online y donde la toma de decisión es el resultado final de un ejercicio de medición, evidencia y recogida de datos; minimizando error, aumentando eficacia y maximizando resultado. Si el “qué” parece claro marcada por la línea de la innovación, ahora ha de cobrar protagonismo “cómo” conseguimos convertir nuestro entorno de aprendizaje y trabajo en un escenario inclusivo, donde las relaciones interpersonales se reeducan dentro del prisma de “inteligencia emocional” y donde nosotros, nuestros equipos (alumnos-adultos) son críticos y creativos en la resolución de problemas. Necesitamos atención en la “inteligencia estratégica” que potencie la integración de innovación y el aprendizaje de cómo trabajar con personas.